El término innovación, está compuesto del verbo activo transitivo «innovar» y del sufijo «ción» que indica efecto, hecho o acción de, también viene del latín «innovatĭo». Como docentes estamos llamados a impactar la sociedad moldeando los profesionales del futuro, y desde mi perspectiva, generar un ciclo infinito mejorado generación tras generación.
En los tiempos de pandemia, la educación virtual asincrónica o sincrónica requiere un alto voltaje de innovación para despertar la creatividad, interés y aportes de los y las estudiantes durante un periodo de clase relativamente corto. El uso de herramientas web tales como Flippity, Miro, Conceptboard, permiten el acceso colaborativo en el desarrollo de actividades/temas que despierten el interés del estudiantado.
Pero ¿cómo saber si realmente esas técnicas generan desarrollo de competencias en los profesionales? Cada día vemos el aumento de ideas frescas de proyectos, cuyos líderes son personas jóvenes posiblemente con formación STEM a lo largo de su vida.
Para el 2030, la fluidez de ideas, criterio y toma de decisiones, originalidad, aprendizaje activo, pensamiento crítico son solo algunas de las habilidades más demandadas por los empleadores, y si nos detenemos aquí, éstas son naturalmente desarrolladas si los docentes aplicamos el «innovatĭo» que a su vez nos convierte en docentes del futuro.
Autor: Ing Adriana Rojas Chavarría